-«El ser humano es gregario»- dice el Pepe Mujica en el libro semillas al viento – «para vivir necesitamos sociedad. Creo que Aristóteles le pegó al clavo cuando dijo que el hombre es un animal político, porque el papel de la política es hacer sobrevivir a la sociedad. Sociedad que a su vez nos ampara. En realidad, la que creó la civilización en la sociedad. Si yo tengo un ataque cardiaco, tendré compañeros, pero el que me puede salvar es un cardiólogo, que me lo da la sociedad. Y si el rancho se me llueve necesito un albañil, que me lo da la sociedad. Porque si caminamos de a uno por la vida con suerte andaríamos con un cuero. Con suerte»- Nada más acertado para hablar del proceso orgánico de la construcción social para producir bienestar a nuestro alrededor, o como dice Pepe, de nuestra sociedad.
La producción social, debe ser vista como un medio para lograr lo que denomino a partir de la visión de construcción, como «espacios de paz», que en el deporte se traducen como los espacios de entrenamiento donde nosotros como gremio, prestamos un servicio a la población, a nuestros barrios, a nuestras escuelas. Ahora bien, no todo es sencillo, porque los intereses políticos (y partidistas) son un común denominador dentro del sistema político mexicano; esto hasta cierto punto es positivo pero generalmente en nuestra política mexicana es totalmente negativo o adverso.
En el sentido de la incomprensión de movimientos sociales ( o de la política en sí misma) que son de derecha o izquierda. Eso no importa a la hora de construir y darle una continuidad a proyectos de deporte. Lo que importa es renovar la oficina, renovar el color del partido, y de simular llevar el deporte a nuestros barrios y a nuestros municipios. Casos como los del Edomex en el cambio de administración, Colima, Chiapas, donde el cambio de gobierno, siempre viene acompañado de nuevos puestos de trabajo (a veces innecesarios) y también correr a toda la plantilla (inclusive a gente de mantenimiento) tal y como nos pasó en Chimalhuacán, Edomex.
¿Qué pasa con nuestro deporte?
El deporte en México conlleva por de facto esfuerzos colectivos, por más que esa noción del «echaleganismo» quiera suponer el separarse y abstraerse del colectivo social deportivo, es impensable construir un equipo mexicano ( de cualquier deporte) de manera uni-personal. Es verdad que el ímpetu de una persona es el motor fundamental para cualquier proyecto, pero esto tiene sus limitaciones, y son limitaciones incomprendidas desde el EGO, puesto que el entendimiento del ser y de la construcción, son trabajos pendientes en nuestra sociedad; que deben ser abordadas y entendidas desde la consciencia colectiva.
El deporte bien encausado te ayuda a generar el entendimiento del ser a través del esfuerzo individual que se realiza día con día en el entrenamiento. Y aunado a eso, la disciplina que se genera también. Es pues, un mar de posibilidades infinitas que pueden decantar en proyectos de construcción alternativos que ayuden a mejorar nuestro entorno social. Entrenamientos que inserten la visión de construcción colectiva del ser deportivo.
De manera general, al deporte le falta una visión que se aleje de la política partidista, y tener más una visión deportiva; que se inserte en la temporalidad que establecen los Juegos Olímpicos y Mundiales, sería en un inicio una brújula que permita acceder a la construcción de todas y todos los que formamos parte de este proceso.
Neoliberalismo y deporte:
En la charla que el Pepe hace con el autor, le mencionan que «Otra falsedad, que repiten y repiten los neoliberales, es que todos partimos del mismo lugar, que se enriquecen los más esforzados, y los que no, que se jodan por vagos.
El pepe le responde – «No partimos del mismo nivel. El principal elemento de desigualdad, aunque no el único, es la herencia. Los liberales primitivos estaban en contra de la herencia, porque si heredás no se puede creer aquello del esfuerzo propio, por eso lo borraron enseguida. Hablo de herencia en un sentido amplio, que no abarca solamente los medios económicos, me refiero al medio social, a todo lo que rodea la formación de las personas. Los que acaparan la propiedad y la riqueza defienden la herencia como concepto, y obtienen apoyo en otras clases sociales que no suelen heredar nada.
¿Cuántas veces asustaron con el comunismo a quienes nada tenían, diciendo que les iban a sacar todo? Explotan lo posesivo del ser humano, que sin duda tenemos. Nos dicen que esa posesión, que llega a niveles disparatados, es el motor de desarrollo y del crecimiento, y como argumento te citan «La fábula de las abejas» de Mandeville, escrita en 1700. Este hombre decía que si la colmena deja de lado el egoísmo y los vicios, le va a ir mal, entrará en decadencia. Es una derecha antigua. Se dicen libertarios, pero de eso no tienen nada. En realidad, el neoliberalismo no tiene nada de «neo», es «protoliberalismo», porque el verdadero liberalismo no apaña las dictaduras, y ellos han sido muy amables con las dictaduras que compartían su doctrina.»
De esta manera se gesta pues, una idea en la cual, se puede construir un nuevo deporte, o una visión de abordaje del mismo. algo complejo, tomando en cuenta estos preceptos que el pepe nos dice en su libro. Sin embargo, es responsabilidad de cada una y uno de nosotros(as) para la construcción colectiva.