El liderazgo en el deporte mexicano debe priorizar la transparencia y el compromiso con los atletas. Líderes como Antonio Lozano, ex presidente de la Federación Mexicana de Asociaciones de Atletismo (FMAA), enfrentaron señalamientos por desvío de recursos, lo que erosionó la confianza. En contraste, un liderazgo ético fomenta la sinergia al invertir en infraestructura, capacitación y apoyo integral a deportistas, promoviendo un entorno donde el talento prospere sin obstáculos burocráticos o corruptos. La clave está en líderes que rindan cuentas y prioricen el desarrollo deportivo sobre intereses personales.
