Filosofía del deporte: Visiones de un campeón mundial (Parte 1)

Más allá de gestar condiciones de comerse la zanahoria, o la «pastillita» de éxito por el éxito, es decir, el éxito porque sí, nos sentamos a charlar con el compa Luis Rivera ¿Porque? Él es uno de los personajes más significativos de nuestra contemporaneidad en el Atletismo (al menos de los últimos 10 años) y más aun tratándose de un saltador de longitud. Condiciones diversas y complejas a la hora de observar sus logros deportivos en la década pasada.

Cumple con lo que plantea Bordieu como «capital cultural» que en realidad es un bien con trascendencia subjetiva, como lo es el éxito, el ganar dicha medalla mundial y de qué manera; es decir, cómo se produce esa medalla y el logro de un objetivo que buscamos muchxs de lxs que nos encontramos en la esfera del deporte.

Ver más sobre capital cultural en: https://www.youtube.com/watch?v=PWee-LMjvfo

Esto nos lleva a una concepción en la cual nos lleva a preguntarnos cómo nos hemos movido en el mundo del deporte, es decir, que a partir del deporte, es como nosotrxs transitamos juntando capital cultural, que podemos utilizar en nuestros contextos deportivos y sociales o viceversa, sociales y deportivos, como se quiera ver.

La disrupción debe llegar a partir del diálogo, y es así que con esta charla aprendimos mucho, y llegamos a la siguiente conclusión, parafraseando dicha charla:

«Llegar al Alto rendimiento en México y en cualquier parte del mundo requiere de un piense colectivo, más allá que el individual.»

El individuo – atleta debe tener un compromiso consigo mismo, es decir con su subjetividad, y con toda la construcción que hubo detrás de dicha subjetividad. Por ejemplo, si se piensa que hacer trampa (dopaje o cachiruleo) es lo correcto, dicho atleta llegará a practicar dicha acción para tener compromiso consigo mismo; ojo, que el tema de esto es ser disruptivos, y es ahí donde colocamos el debate. Es desde el lugar de cambiar las cosas donde nos posicionamos permanentemente y la educación es parte de esto; es decir, estas situaciones son cuestión de aprenderlas para desaprender y formar nuevos caminos.

El deportista mexicano tiene que pasar por varias transversalidades y/o procesos, de manera que pueda llegar a competencias internacionales convencido de su papel social en el país. Y es acá que surge otra pregunta… ¿Es a caso una realidad que los líderes en el deporte están preparados para cumplir con el rol de contención? A primera vista todo indica que no, que no existe un indicador que nos diga que esto es así. Y esto es, si tomamos en cuenta los resultados deportivos, desde el tratamiento de la base.

La base es pues lo primordial y observar lo que hay que mejorar desde ahí, es un trabajo que la directiva de la CONADE no ve, pues al parecer, su concepción de clase obrera, y para la clase obrera para la que trabajan está nublada por su concepción subjetiva de buscar el éxito, como si se tratase de la meritocracia, o el decante de la suerte y el «echaleganismo.»

En otras palabras, si la figura de poder habitada por una Ana Guevara, un Nelson Vargas, un Kiril Todorov, un Lozano Pineda y muchos etcéteras más, no tuvo (o tuvieron) consciencia de clase desde su concepción de atleta, difícilmente observará e interiorizará las carencias a la que se encuentra sujeta una mayoría en nuestro país, y en lugar de dar condiciones materiales, generará condiciones de desigualdad aún mayores, abriendo más y más la brecha de conexión entre la base con el hecho de generar atletas de alto rendimiento.

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