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En el marco del Día Internacional de los Trabajadores, extendemos un caluroso reconocimiento a todos aquellos que, con esfuerzo y dedicación, construyen día a día un futuro mejor. Hoy celebramos la lucha histórica por derechos laborales justos, pero también alzamos la voz por un sector frecuentemente olvidado: el gremio deportivo.
Atletas, entrenadores, familias y todos aquellos vinculados al deporte enfrentan una realidad cruda: la incertidumbre laboral. A diferencia de otras profesiones, su sustento depende de contratos temporales, becas insuficientes o apoyos gubernamentales que, lejos de garantizar estabilidad, los mantienen en un limbo. El deporte es un pilar social, formador de valores y salud, pero los gobiernos se resisten a asumir su responsabilidad ante una crisis que ya nos rebasó.
Mientras los atletas dan su vida por representar a sus países, muchos carecen de seguridad social, pensiones dignas o incluso un salario fijo. Los entrenadores, formadores de talento, trabajan en condiciones precarias, y las familias detrás de ellos cargan con la angustia de un futuro incierto. El deporte no es lujo, es necesidad, y merece políticas públicas reales, no discursos vacíos.
Hoy, mientras conmemoramos las conquistas laborales, exigimos que el gremio deportivo sea visibilizado y protegido. Que el Estado deje de evadir su compromiso y trabaje en soluciones prácticas y «bajadas a tierra», porque el sudor de los deportistas también merece dignidad. Más allá de cortar listones, de aparecer en Tiktok, Facebook o Instagram, se requieren acciones concretas.
¡Feliz Día del Trabajador! Que la lucha por la justicia laboral no excluya a quienes nos dan gloria y orgullo en el deporte
#DeporteEsTrabajo #DignidadParaElGremioDeportivo
