
Durante una sesión virtual en la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública, el diputado Cuauhtémoc Blanco fue captado jugando pádel mientras supuestamente participaba en la votación dentro de una sesión. A pesar de que pidió que le pusieran asistencia, no emitió su voto y fue criticado fuertemente por su falta de atención y compromiso con su labor legislativa. Este incidente generó críticas nacionales sobre la responsabilidad y la seriedad de nuestra clase política, evidenciando un desdén preocupante hacia las obligaciones políticas fundamentales y la representación ciudadana.
La falta de compromiso que mostró Blanco, exfutbolista y (exgobernador) y ahora legislador, refleja un problema mayor en la política mexicana: la percepción de que muchos políticos no asumen con la seriedad necesaria su rol público. Esta situación agrava la desconfianza ciudadana en las instituciones y en el sistema democrático, al demostrar que el conocimiento político y el compromiso con el progreso colectivo pueden quedar relegados frente a intereses personales o actitudes de desgano. La clase política mexicana enfrenta así el desafío de recuperar credibilidad y demostrar apego a sus responsabilidades con la ciudadanía. No importa el partido político, esto es una permanente de nuestra clase política y el sistema político mexicano (SPM)
En definitiva, casos como el de Cuauhtémoc Blanco son un recordatorio de la urgente necesidad de exigir mayor responsabilidad, ética y compromiso de quienes ostentan cargos públicos, para fortalecer la democracia y el bienestar social en México.



