Espacios de Paz: Propuesta de integración para el deporte mexicano.

ESPACIOS DE PAZ[1]: Política del cuerpo en movimiento.

Si queremos hablar de paz, debemos asumir primero como do[s]c[entes][2] sociales que tenemos pendiente la resolución de una política de guerra bárbara en nuestro país (México) y que dicha situación en sus diversas prácticas, precisa de soluciones en el continente americano. Sin embargo, esa es una construcción social que depende mucho de nuestro actuar en lo político[3]. Esto quiere decir que si no hay un entendimiento de un problema social palpable[4], estaremos destinados a seguir repitiendo a modo de loop, dicha situación, sin una trascendencia que avance y decante en otro actuar.

La traducción del gobierno mexicano para definir a la guerra, se dio en el 2006 durante el gobierno de Felipe Calderón, lo que decantó en una política de guerra, sin tener un conocimiento previo del terreno.[5]Es interesante observar en el terreno de los hechos, que las políticas deportivas que se gestaron para llevar una mejora en las condiciones sociales, no han rendido frutos de largo plazo, y que, antes de declarar la guerra al narco, no habían condiciones sociales óptimas[6] para realizar dicha declaración[7]– ejecución, y cada vez se profundizaba el mensaje del poder en turno: el narco.[8]

En este sentido, los espacios de paz contemplan primero una negociación directa en lo político, fuera del espectro partidsta[9], es decir, los entes que generan deporte son aquellxs que constituyen una configuración de construcción de actividades específicas para el desarrollo deportivo y por ende el enmarcado se da dentro del desarrollo “sociodeportivo”. A la guerra se le combate con una política de paz, su caso antagónico y transformador. Un antagónico que requiere de un esfuerzo colectivo que pocos partidos políticos en México han abordado con poco éxito, medido con los resultados palpables que nuestro país tiene.[10]

Vivimos actualmente procesos abiertos de violencia, poca cultura de fraternidad, y con una profundización que alimenta al espectro social con la proyección del individualismo en cualquier terreno; así como la narcocultura como ente regulador del espacio vacío. El entendimiento de nuestra “latinoamericaneidad” es tener una naturaleza de sujetos «haciéndolos también sujetos de comunidad. Lo común para diversas perspectivas es una forma de integrar, de identificarse, que refiere a una propiedad (etnias, lugares, religión); son propietarios de lo que es común.” (Esposito) o como dijo el Pepe Mujica:  “el hombre es un ser gregario” (Mazzeo ,2022)

Es ahí donde pueden surgir debates interesantes, puesto que “lo diferente”, es un insumo de lo que una parte de la comunidad puede ver como un problema[11], una diferencia, que en realidad, no se vincula por esa falta de diálogo, enmarcada por una política social fallida, ya sea por generar una mayor represión con ese diálogo llamado guerra. Es en ese sentido, que los espacios de paz, cobran mayor relevancia ya que generan un vínculo en lo político para tener oportunidad de construir acciones en el terreno de los hechos.

Díalogo y (gestión del) poder:

El punto más alto de la falta de diálogo y la ejecución de un poder se dio justamente en el sexenio de Felipe Calderón (FCH) sin embargo, ¿Qué hubiese pasado de enmarcar una política de paz, a través de espacios deportivos que la generen? ¿Qué hubiera pasado si la CONADE[12] hubiese tenido el poder total para gestionar estos espacios de paz?

Es interesante observar en el capital[13] que la gestión de poder no aparece como un tema a desarrollar con profundidad, quizá porque en ese momento, el mercado no era el rector del ser humano, y de sus relaciones interpersonales; esto sale a colación porque el poder hegemónico ha determinado las relaciones sociales de producción a partir de esa sobreproducción y constante manipulación sin medida de nuestros actuares, pensares, y que el deporte es parte fundamental de esa alimentación y sobreexposición del ser de consumo.

Esto puede entenderse a través del diálogo y la gestión del poder, porque el poder implica mucha responsabilidad en el diálogo, no sólo de una persona sino de todo un colectivo social, tanto el que ejerce el poder, como el que es influenciado por ese ejercicio[14]; amb@s son responsables de generar este entramado que el deporte puede realizar de una manera más orgánica a la hora de generar acciones dentro del campo de lo político, es decir dentro del diálogo deportivo; entendido como la manera de gestionar dicho diálogo con el poder y ajustarse a ese espacio de paz. La profundización en ese sentido va más allá de este escrito y queda sujeto a diversas interpretaciones.

Gestión del poder: ¿Quién o quiénes forman el movimiento del cuerpo?

Para hablar sobre la gestión de poder, debemos poner el foco en algunas preguntas que considero interesantes para responder… ¿La gestión del poder es algo que se ejecuta naturalmente? ¿Es acaso algo que la humanidad se inventó en alguna situación específica?¿Cómo es que llegó la sinergia del poder a los seres humanos? Los animales tienen poder, pero no hacen instituciones para generar una imposición ideológica de cualquier tipo, ¿Podrá sonar anarquista? Puede ser, en realidad me considero anarquista en desde mi propio punto de vista, desde mi propio ser… este tramo de vida es corto, en realidad es eso.

Sin embargo el sistema hegemónico quizá requiere de otro insumo para entender su propia existencia, eso es quizá parte del imaginario colectivo, y en realidad aquellxs que detentan el poder son pequeñxs adolescentes jugando al poder desde las instituciones,[15]… y verán como el retrato social es perfecto desde esa situación en donde dos poderes se articulan y uno genera verticalidades sobre otro, generando caos y descontrol. Entonces, es ahí donde surge la pregunta:

¿Quién gestiona el poder en el deporte?

“La guerra es la política con armas, la política es la guerra sin armas”

El espacio de paz, determina “lo político del cuerpo” y de cómo lo político puede construirse desde lo orgánico-social en un espacio público a través del deporte, entendido por todxs sus protagonistas, atletas, entrenadorxs y familias, es decir, los compon[entes] activos de un barrio para construir los preceptos que un deporte puede dictaminar para darle funcionamiento, pero que, en la tierra tiene una practicidad y una plasticidad tan amplia que es ahí donde podemos ejecutar acciones que se encaminen hacia la construcción colectiva de la paz.

Lo político en este sentido, es el arte de comunicar lo que se precisa para cambiar el Statu quo. Es parte fundamental de llevar estos espacios de paz a un nivel de desarrollo de la política pública a lo político -territorial, es decir, no se puede construir sin tener un diálogo activo con cada unx de lxs actores y actrices que forman parte del entramando social: el barrio.

La comunicación de la competencia en los espacios de paz: diálogo como camino en construcción.

La visión de competir, desde la perspectiva no sanada, es la determinante en las relaciones de poder que existen en cualquier sistema. La guerra, las armas, los sistemas que conllevan la creación de subsistemas de guerra son enmarcados legales para unos en el sentido de llevar la paz, es decir, las potencias enmarcan a través del trabajo político que asume por otros el qué hacer para llevar la paz, la cual es relativa cuando emite hambre, pobreza y un despilfarro diario de recursos económicos[16] que lxs otrxs no podemos acceder (países del tercer mundo)

Con el deporte pasa lo mismo, pues si no se sana ese dialogo en lo político, es como no se puede construir paz, sin embargo, cuando el diálogo se presenta en la mesa del territorio, es cuando se pueden generar espacios que sean inclusivos, y que la construcción de un deporte puede generar transversalidades en otras áreas del saber y por ende, la construcción de saberes sociales puede ser filtrada al sistema desde lo deportivo sin generar tensiones que suceden en otros rubros de la sociedad.

Consideraciones finales

La genialidad es el espacio vacío de la razón, se da desde ese lugar; luchemos por más espacios donde el deporte sea el hilo conductor de historias.

Nadie puede saber cuándo tiene poder, hasta ejercer un vínculo de pequeñas violencias, expresadas por ejemplo en micromachismos[17], y la perpetuación del patriarcado, en esa toma de decisiones enmarcadas con el Ego, imperceptible muchas veces, con agentes de cambio, que pretenden modificar una situación en lo político. Dicha transición es interesante, ya que nos permite solidificar un camino hacia la evolución de nuestra realidad latinoamericana en lo político y por ende en lo social.

Lo político determina el actuar y el movimiento del cuerpo a través de la solidificación de un deporte más consciente. Es decir, el resultado de utilizar los medios y herramientas disponibles para generar deporte dependerá también de lxs entes que las utilizan para construir dichos espacios enmarcados en proyectos de carácter institucional, o de carácter fuera de lo institucional, pretendiendo con ello, llevar las riendas de una institucionalidad desde fuera o desde adentro, según sea el caso del territorio, porque la plasticidad que tiene el deporte es una de las mayores ventajas para la construcción de lo político y de diversos espacios de paz.

El olimpismo como lo conocemos actualmente (y a la larga) genera rupturas ideológicas en los institutos del deporte o en los ministerios o secretarías; los espacios de paz, se encargan de generar todo un engranaje, que pone foco más a la construcción de un espacio que se vincule con la noción de construcción para el largo plazo que solamente de un resultado olímpico per se.

¿Tu que opinas?


[1] Para este escrito tengo una aproximación a partir del escrito de Malen Yudeli Solís Montenegro, Miguel Andrés Ibarra Bermúdez, Fabián Enrique Salazar Villano , “Una aproximación a territorios en situación de conflicto armado: perspectivas desde la Economía Solidaria con un enfoque triangulado en dos municipios del Cauca (Colombia)el auge de los procesos de negociación en Colombia entre el Gobierno y grupos insurgentes ha generado un amplio panorama tanto de investigación académica como de acción pública, que conlleva a la reflexión sobre las condiciones necesarias para la construcción de paz territorial en las zonas rurales del país. (revista Dossier)

[2] La palabra docentes está compuesta por dos conceptos que la forman, los dos en referencia a que existen la educación y el deporte como entes, y al mismo tiempo forman la palabra concreta: “docentes” cambiada a “doscentes.”

[3] Actuar “en lo político” difiere del actuar político, lo primero se separa de lo segundo a la hora de revisar lo que ha pasado con la política mexicana. El actuar político va de la mano con la política partidista, tan devaluada en nuestro contexto mexicano, y el actuar en lo político, aborda temas sociales de manera orgánica en su génesis. (N del A)

[4] Para darse una idea, hay que observar las cifras que dejó la guerra contra el narcotráfico, y en ese sentido, existe un documental muy bueno “Armados hasta los dientes” que relata la persecución y matanza de dos estudiantes del Tecnológico de Monterrey, quienes fueron confundidos por el ejército por estar en el lugar y a la hora incorrecta

[5] Para establecer una idea más específica ver en https://nuso.org/articulo/el-fracaso-de-una-estrategia-una-critica-a-la-guerra-contra-el-narcotrafico-en-mexico-sus-justificaciones-y-efectos/ donde grosso modo establece que “el artículo analiza sus efectos: aumento del consumo, más violencia y una mayor penetración del crimen en las instituciones estatales, además de violaciones a los derechos humanos y el nacimiento de un nuevo paramilitarismo. El fracaso de la estrategia punitiva es claro, y detrás de él se esconde la crónica debilidad del Estado mexicano…”

[6] Condiciones sociales que el deporte puede hacerse cargo, a la hora de realizar consensos políticos para llevar deporte a espacios de vulnerabilidad social, con carencias materiales y espirituales.

[7] Ver más en https://www.eluniversal.com.mx/nacion/seguridad/asi-comenzo-la-guerra-contra-el-narcotrafico-de-felipe-calderon una analogía breve del presidente Andrés Manuel López Obrador.

[8] Afirmación que se da, si se observa que parte del gabinete del expresidente Felipe calderón, tenía nexos importantes con el narcotráfico en México, el policía nacional Genaro García Luna se encuentra en la cárcel en los Estados Unidos cumpliendo una condena por los vínculos con el narcotráfico, y esa es una situación muy delicada para el país, de la cual poco se conoce. (ver más en https://elpais.com/internacional/2019/12/10/mexico/1575997429_061837.html ) esto quiere decir, que existió a priori una especie de “meta-poder” emanado del narco en México.

[9] El espectro del que tomo referencia es el PRI, PAN, PRD, PT, MORENA, MC, como los partidos hegemónicos en el país, así como los partidos tradicionales que se han gestado bajo marcos de intereses de otra índole, dejando al deporte como lo que llamo “propina política” por el actuar en cada sexenio y trienio en la política mexicana.

[10] Niveles de obesidad altos en lugares urbanos de mayor densidad poblacional, como la ciudad de México, y también en las capitales de los estados de la república, aunque la pandemia se ha extendido por todo el territorio nacional ( ver más en: https://www.gaceta.unam.mx/por-que-aumento-la-obesidad-infantil/ )

[11] Y en este sentido un partido político en México como el PAN (Partido Acción Nacional) o MORENA (Movimiento de Regeneración Nacional) son dos caras de la misma moneda: La segregación por la ideología política. En el caso del primero, se enmarcó al narco como lo distinto, gente mala que se fue por el camino incorrecto, que eligió y que el partido en el poder no profundizó en las causas del delito. Situación que el gobierno morenista quiso abordar pero no ha tenido resultados palpables, pues toma un tiempo orgánico el evaluar realmente si la política pública generó un cambio real, o si se trata de una perpetuación del sistema.

[12] Comisión Nacional de cultura Física y deporte, es algo como lo que en Uruguay es un Ministerio de deporte (N del A)

[13] Karl Marx Das Kapital, tomo I

[14] El ejercicio visto como el hacer, pero también visto dentro del filtro deportivo, hacer ejercicio, se vinculan en este sentido político del espacio de paz como un lugar para hacer ejercicio, tanto del poder, como el del movimiento del cuerpo.

[15] Un ejemplo de esto se retrata muy bien en  la película alemana “Das experiment” donde se hace un estudio social sobre una cárcel y donde la historia termina en ese abuso de poder, que escala mucho más la situación, generando toda una narrativa que lleva al espectador a un punto donde la humanidad puede llegar sin esa definición y conocimiento de lo que el poder genera.

[16] Para profundizar más en la noción del despilfarro, se puede observar en el libro de Joseph Stiglitz “Cómo hacer que funcione la globalización” (De Bolsillo) donde establece que luego de la guerra fría “el mundo se hubiera beneficiado si Estados Unidos hubiese aprovechado la oportunidad para contribuir a la construcción de un sistema económico y político internacional basado en valores y principios como acuerdo comercial destinado a promover el desarrollo de los países pobres. En cambio, una competición desenfrenada por conquistar el corazón y la mente de la población del tercer mundo, los países ricos crear un régimen comercial al servicio de sus propios intereses corporativos y financieros, con lo cual perjudicaron a los países más pobres del mundo.”

[17] De esto tuve muchas experiencias con compañeros del trabajo en el Estado de México, donde el machismo forma parte de esa cotidianeidad en los lugares de la administración pública, donde la mujer era relegada desde el poder a un segundo plano.

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